Viaje a la juguetería más vieja del mundo

Londres es una caja de sorpresas en la que cada día tienes la oportunidad de descubrir algo nuevo. Una sorpresa fue cuando me enteré de que allí se encuentra desde 1760 el paraíso de todo niño, un lugar donde los niños se emocionan y los adultos más, ya que  visitarlo se convierte en un  viaje a la niñez. Hablo de la juguetería más vieja del mundo: HAMLEYS.

Su fundador fue William Hamley, un hombre cuyo sueño era el de abrir la mejor juguetería que pudiera existir en el globo terráqueo, y así lo hizo. En 1760 abrió la sus puertas con el nombre de “Noah’s Ark” en la zona de High Holborn. Los nietos de Hamley se hicieron cargo del negocio y éste se trasladó con cambio de nombre a Regent Street, una de las calles más transitadas de Londres.

La tienda consta de siete plantas repletas de juguetes, siete plantas en las que cada una de ellas es un mundo. Algunas de las cosas que encontrarás son la varita mágica o la nimbus 2000 de Harry Potter, ositos de peluche Teddy con el uniforme de la guardia real, un universo Barbie o aviones voladores que sobrevuelan constantemente la planta.

Durante tu visita a la juguetería, verás cómo en cada planta varios miembros del equipo tienen la misión de entretener a los visitantes con trucos de magia que te dejarán boquiabierto o muestras de los productos más curiosos que puedan tener en esa planta. Además, podrá hacerte una inmortalizar el momento como si tú mismo fueras un juguete sin abrir o conduciendo uno de los trenes más divertidos que hay.

 

Un dato curioso es que la reina Isabel II dio a Hamleys lo que se conoce como “Autorización Real”, que es una concesión que la realeza hace a los comercios que proveen a los miembros de la familia con sus bienes o servicios. Quizá sea éste el motivo por el que la reina y los príncipes se encuentran allí presentes.

Si en tu visita a Londres dispones de algo de tiempo libre, deberías apuntar Hamleys en tu lista, además de lunes a sábados el horario de apertura se extiende hasta las 21.00h, mientras que los domingos el cierre es a las 18.00h. Para mí, ya es una visita obligada. Los niños lo pasan en grande, los adultos vuelven a ser niños.

 

Este post es obra original de María Mora

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